O Humor en Cadriños: Obituario: Julio Cebrián (1929-2016)

luns, 7 de novembro de 2016

Obituario: Julio Cebrián (1929-2016)

Félix Caballero

Julio Cebrián ha sido uno de los mejores humoristas gráficos gallegos de todos los tiempos, aunque algunos, sobre todo los más jóvenes, puede que no lo conozocan, por haber desarrollado toda su carrera en Madrid. Su talento y su trayectoria justifican de sobra que la primera entrada de este blog lo tenga a él como protagonista. Pero el destino ha querido que muriese justo en las vísperas de la inauguración del blog: un motivo más -obligado- para tenerlo presente en este comienzo.

Julio Cebrián Villagómez nació en A Rúa-Petín (Ourense) el 1 de noviembre de 1929 y murió en Madrid el 3 de noviembre de 2016, cuando faltaban dos semanas para que cumpliese los 87 años. Desde los primeros años 50 vivía en la capital de España, donde estudió Derecho y -por poco tiempo- en la Escuela de Cine.

Se inició en el humor gráfico en la revista Don José, fundada por Antonio Mingote como suplemento del diario España, de Tánger. Se dio a conocer mediante un envío espontáneo a la sección de “correspondencia” que había en la revista dedicada a comentar los envíos no solicitados, pero en la que se advertía: “Si ven su trabajo publicado, pasen a cobrar”. Cebrián mereció el siguiente comentario: “Sus dibujos son buenos, pero desagradables. Nos quedamos con uno que lo es menos”.

En 1961 comenzó a colaborar asiduamente en La Codorniz, donde ya lo hacía esporádicamente desde 1955. En la mítica revista fundada por Miguel Mihura y dirigida entonces por Álvaro de Laiglesia colaboraría hasta 1978, cuando se cerró. Cebrián se convirtió enseguida en figura clave de la confección de la revista y autor de múltiples portadas, pese a valerse de un estilo que dialogaba de tú a tú con las vanguardias sin la menor concesión al lector. Se encargó durante años, además, de la crítica de arte en la sección "Plásticos y plastas", que firmaba con su segundo apellido, Villagómez.

El dibujante orensano fue el autor de la primera caricatura de un político en activo tras la Guerra Civil: la del entonces ministro de Información y Turismo Manuel Fraga, publicada el 5 de diciembre de 1965 con motivo de la inminente publicación de la ley de prensa que suprimió la censura previa. Tres años después realizó otra caricatura de todo el consejo de ministros, menos Franco. El lector ocupaba, precisamente, el punto de vista del dictador.

Por aquellos años colaboró también en los diarios El Alcázar, Pueblo y Nuevo Diario. En los años 70 dibujó en otras dos relevantes cabeceras del boom de las revistas de humor gráfico en la Transición –Por Favor y Muchas Gracias–. En los 80, más libérrimo que nunca, colaboró con la revista Madriz, proyecto que fue plataforma de nuevas sensibilidades. Luego lo haría también en Diario 16 e Interviú, siendo pieza capital igualmente de ¡A las barricadas!, la revista de humor que auspició la editora de Inverviú y se entregaba conjuntamente con el semanario. Su última casa fue el diario El Mundo.

Cebrián fue, según Felipe Hernández-Cava, “una de las principales ínsulas en el humorismo español, un milagroso accidente dentro de las corrientes estéticas y pensantes con las que tuvo que convivir. Más próximo a las inquietudes pictóricas que a las que consideramos propias del monigotero, y con una preparación intelectual exquisita, fue empujado por las circunstancias a ejercer este noble oficio a la espera de su reconocimiento como artista plástico”.

Mingote dijo de él en una ocasión: “De todos los humoristas que soñamos con ser pintores, el mejor de nosotros ha sido y sigue siendo Julio”.

Su calidad como dibujante de humor quedó refrendada en 1968 por el Premio Paleta Agromán, el Óscar español del humor gráfico en aquella época, que solo han ganado otros dos gallegos: Alfonso Abelenda, en 1967, y Xaquín Marín, este en dos ocasiones, en 1982 y 1991.