Acaba de publicarse el
libro Las expresiones culturales
analizadas desde la Universidad, que recoge las comunicaciones presentadas
al CUICIID 2018, entre ellas la titulada “Moncho Borrajo,
humorista gráfico. Un acercamiento a las viñetas de humor del cómico gallego”,
de mi autoría. CUICIID es la sigla del Congreso
Universitario Internacional
sobre la Comunicación en la Profesión
y en la Universidad de Hoy: Contenidos, Investigación, Innovación y Docencia, que viene organizando exclusivamente en línea la
Universidad Complutense de Madrid desde hace varios años.
La referencia del texto es:
CABALLERO,
Félix (2018). “Moncho Borrajo, humorista gráfico. Un acercamiento a las viñetas
de humor del cómico gallego”. En Carlos del Valle y Manuel Linares (coord.), Las expresiones culturales analizadas desde
la Universidad. Madrid: Tecnos, pp. 61-74.
Presento
aquí una versión expurgada de dicha comunicación, con el fin de hacerla más
amena para el lector.
I. INTRODUCCIÓN
Ramón
Borrajo Domarco (Baños de Molgas, Ourense, 1949), conocido popularmente como
Moncho Borrajo, es uno de los humoristas escénicos más famosos de España. Sin
embargo, su labor de escritor, poeta y, sobre todo, artista plástico –avalada
por una licenciatura en Bellas Artes y una diplomatura en Arquitectura Técnica–
es mucho más desconocida. Borrajo es un activo indiscutible en las
especialidades de pintura, escultura y diseño de joyas, sin perjuicio de una
importante obra gráfica que abarca el grabado, la serigrafía, la viñeta
humorística y la caricatura
Desde 1980 ha
publicado cinco libros con viñetas de humor: Moncho y yo (Planeta, 1980), Moncho
y tú (Planeta, 1986), ¡Pobres míos!
(Planeta, 1987), Animaliños (Ir Indo,
1988) y Gatos (Ir Indo, 2008). Los
cuatro primeros aparecieron en la década de 1980, un decenio en el que, como se
ve, el autor cultivó especialmente este género. Moncho y yo, Moncho y tú
y ¡Pobres míos! estaban escritos en
español, y Animaliños y Gatos, en gallego. Los cinco han sido recopilados
en 2017 por Areosa en un solo volumen titulado Escolma do humorismo gráfico de Moncho Borrajo, que rescata también
algunas tiras publicadas en la prensa que nunca antes habían sido recogidas en
libro. En este caso, los textos de todas las viñetas, excepto los publicados en
los periódicos –escritos en español–, son bilingües.
Borrajo se
inscribe en la escuela gallega de humor gráfico inaugurada por Alfonso Daniel
Rodríguez Castelao en el primer tercio del siglo XX, especialmente con la serie
Cousas da vida, publicada en los
diarios vigueses Galicia, Faro de Vigo y El Pueblo Gallego. Un escuela que tuvo de inmediato muchos y muy
buenos continuadores (Carlos Maside, Álvaro Cebreiro, Manuel Torres, Cándido
Fernández Mazas, etc.).
Él mismo lo
explica así en el Prólogo de la Escolma:
“Allá por los años sesenta, siendo yo un
chaval, mis ojos se encontraron con un dibujo de Castelao colgado en la sala de
espera de un médico en Vigo. Quedé mucho tiempo mirando aquello tan sencillo y
que decía tantas cosas con poco. Desde entonces siempre deseé dibujar de
aquella manera, claro está sin imitarlo, pero siendo una esponja de su trazo
muy de los años veinte. Estos que hoy os presento son trabajos hechos llenos de
cariño y siempre pensando en mi tierra y en nuestra cultura, donde el humorismo
siempre fue un arma y una medicina para la gente de Galicia” (Borrajo, 2017:
13).
Un arma y
una medicina, en efecto. Eso es también el humor gráfico de Borrajo, como
señala Manuel Rivas en el Prólogo de Gatos,
que no duda en calificarlo de “estímulo curador”, y al autor, de “menciñeiro
[curandero] da alma”:
“Este libro ten un dobre valor: é un
pracer e un estímulo curador. Eu sempre vin ao humorista, ao bo humorista, como
un menciñeiro que coñece moi ben as mágoas e por iso é quen de espantalas.
Moncho é un menciñeiro da alma. Leva toda a vida loitando contra o mal de aire”
(Rivas, 2008: 5-6).
II. MONCHO
Y YO
Moncho y yo es
el primer libro de humor gráfico de Moncho Borrajo. Fue editado por Planeta en
1980. Está formado por setenta y dos viñetas, de las que las veinte últimas se
corresponden con la serie titulada “Moncho visto por…”, en la que el autor se
autocaricaturiza imitando el estilo de diecinueve famosos pintores modernos,
entre ellos Joaquín Sorolla, Pablo Picasso, Juan Gris, Amedeo Modigliani, Vincent
Van Gogh, Marc Chagall, Henri Toulouse-Lautrec, Paul Gauguin, Henri Rousseau,
Edvard Munch, Georges Seurat, Paul Cezanne, Gustav Klimt y Francis Bacon.
Hay
que advertir de que todas las viñetas del libro son autocaricaturas y no solo
estas. Lo mismo sucede en los dos siguientes volúmenes de humor entregados por
Borrajo: Moncho y tú y Pobres míos. Esta proliferación de
autocaricaturas no podía dejar de llamar la atención de crítica y público, que
en algunos casos la consideró excesiva. El propio autor se defendía así en Animaliños de esas acusaciones:
“… os meus detractores
sempre dicían que nas miñas anteriores publicacións só saía eu, e que iso é
narcisismo. Sempre pensei que esa apreciación era errónea. Que mellor que rirse
dun mesmo!, ¿non?, pero eles non o entenden así, que se lles vai facer!” (Borrajo,
1988: 9).
En
efecto, es sabido que la prueba de fuego del verdadero humorismo –no de la
comicidad ni de la sátira– es la autorrisión,
la capacidad de reírse de uno mismo. La primera viñeta de Moncho y yo es ya todo una declaración de intenciones en este
sentido. Nos muestra, ante un espejo de cuerpo entero, a un Borrajo estirado encima de una improvisada peana
coja (calzada con una cuña), con una corona de laurel en la cabeza y un diploma
en las manos, bajo la luz de una bombilla, mientras su reflejo en el espejo se
ríe de él. Una viñeta decididamente antisolemne, que pone en solfa la
solemnidad, como hace siempre el auténtico humorismo.
En
dos de las viñetas del libro, Borrajo se autocaricaturiza como un niño, pero
con los mismos atributos de adulto que en las otras. Es decir, su aspecto
físico es el de un adulto, pero aparece en circunstancias propias de un niño.
En la primera (p. 39) se ve al humorista jugando en el suelo, y un adulto le
dice: “Lo malo tuyo es que cuando seas mayor vas a ser tan pequeño como ahora”
(el texto está tanto en gallego como en castellano –de hecho, en la edición
original de Moncho y yo, la de 1980,
está solo en gallego, pero aquí se transcribe solo en castellano para facilitar
su comprensión por el lector). En la segunda (p. 61), Borrajo está leyendo
–también en el suelo– el cuento de Blancanieves y exclama: “Una mujer con siete
hombres, ¡qué porquerías leen los niños!”.
La
segunda viñeta del libro también tiene mucho de declaración de intenciones; en
este caso, homenajear a los grandes cómicos del cine americano, pero también a
otros españoles del circo y la televisión: Buster Keaton, Groucho Marx, Charles
Chaplin, Charlie Rivel, Harold Lloyd, Woody Allen y Tip y Coll. Es la única en
la que Borrajo no se autocaricaturiza.
En la
p. 65 hay un evidente homenaje a El Principito,
el inmortal relato de Antoine de Saint-Exupéry. Borrajo reproduce exactamente
el último dibujo del libro del escritor y aviador francés, en el que éste
reproduce el que juzga “el más bello y más triste paisaje del mundo […]. Aquí
fue donde el Principito apareció en la tierra, y luego desapareció” (Saint-Exupéry,
1994: 95).
Borrajo
se dibuja fuera de la viñeta, arriba, para no interferir en el paisaje del Principito.
Este mismo efecto lo usará también en la estampa de la p. 45, aunque con un
objetivo muy diferente. Su rostro asoma a la derecha de la viñeta, mientras, en
el suelo, una mancha delata que ha orinado detrás, y dice: “Perdón, no podía
aguantar más”. Un ejemplo de la originalidad y la audacia gráficas del
humorista.
En la
p. 64, el homenajeado es Castelao. Un padre y su hijo miran el paisaje que
tienen delante y establecen el siguiente diálogo:
–Papá, que é iso verde
entre a autoestrada?
–Esa é a nosa terra,
fillo.
El
cuadro trae ecos de la estampa 46 del álbum Nós,
en el que un labriego les dice a sus tres hijos, que lo rodean: “A nosa terra
non é nosa, rapaces”.
En
cuanto al estilo, estamos ante viñetas que constituyen un buen ejemplo de
síntesis expresiva, tanto formal como textual. El dibujo es de línea,
influenciado por el modernismo que dejó huella en Castelao, excepto en las
estampas de la serie “Moncho Borrajo visto por…”, en las que, por motivos
obvios –el intento de imitar el estilo del artista en cuestión–, hay mucho
barroquismo. Es el caso, por ejemplo, de las viñetas inspiradas en Rouault,
Siqueiros, Gauguin, Munch o Cezanne.
La
síntesis formal se agudiza en viñetas como las de las pp. 23, 27, 41 o 50, con
ecos del Castelao más sintético, por ejemplo el de la estampa de Cousas da vida en la que una madre tira
de un niño que dice: “Non quero ir porque o escolante pégame e a escola cheira
que fede”. La de la 41 es, además, un buen
ejemplo de “todo
tiene caricatura: las personas, las cosas, la vida”, como decía el insigne
rianxeiro (1917: 11). En esa estampa, Borrajo hace una espléndida caricatura de
un árbol y un banco de parque, además de autocaricaturizarse.
Respecto
al contenido, la mayoría de los cuadros se refieren a temas cotidianos,
anecdóticos, costumbristas a veces, sin que deje de haber por ello algunos en
los que el humorista reflexiona sobre cuestiones graves como la homosexualidad,
el machismo o la paz. “Qué tozudos son los hombres, siempre tienen que quedar
encima”, dice en la p. 58, mientras espía a una pareja haciendo el amor.
Evidentemente, ese “encima” tiene un doble sentido.
Solo
nueve de las cincuenta y dos estampas del libro (el 17%) –sin contar la serie
“Moncho visto por…”– tienen ecos políticos (las Cortes, el presidente del
Gobierno, la corrupción, el centralismo, Franco).
III MONCHO Y
TÚ
Moncho y tú es
el segundo libro de viñetas de humor de Moncho Borrajo. Fue publicado por
Planeta en 1986. Está formado por ciento setenta viñetas, noventa y ocho más
que el anterior.
Desde
el punto de vista formal, el humorista insiste en el dibujo de línea y la síntesis
expresiva, con alguna estampa más barroca y algunas manchas negras, como en Moncho y yo. Vuelve a haber cuadros que
son magníficos ejemplos de que todo en la vida tiene caricatura.
El
libro se abre con una espléndida autocaricatura (p. 96). A diferencia del
resto, es un primer plano muy trabajado, pero siempre dentro de la síntesis
expresiva. El resto de las autocaricaturas están hechas en un estilo cartoon propio del dibujo hecho a prisa.
Aquí el autor consigue una expresividad en los ojos verdaderamente destacable.
Borrajo
vuelve a autocaricaturizarse como niño-adulto, en este libro más veces que en
el anterior (pp. 111, 112, 113, 117, etc.).
También
hay sendos homenajes a Miguel Gila y Charlie Rivel (que en Moncho y yo ya había aparecido en una viñeta colectiva junto a
Chaplin, Keaton, Groucho y otros grandes payasos).
Al
final del libro, de la p. 150 a la 161, encontramos once viñetas que
constituyen una serie no identificada –sin título de encabezamiento– sobre los
Diez Mandamientos. En algunas de ellas hay claras referencias a la política: “No
robarás, si no eres el Estado. Entonces se llama expropiar” (p. 157); “No dirás
falso testimonio ni mentirás. 800.000 puestos de… carajo! (p. 158) (por los
800.000 puestos de trabajo ofrecidos por Felipe González en las elecciones
generales de 1982).
En
general, las alusiones a la política disminuyen considerablemente con respecto
al libro anterior. Solo las encontramos en doce de las ciento setenta estampas,
menos del 1%. También hay alusiones a la religión, y no solo en la serie de los
Diez Mandamientos. Todas estas referencias están siempre llenas de sarcasmo. He
aquí un buen ejemplo, en el que se critica tanto a la Iglesia como al Estado
por su alianza en la conquista de América: “Nos trajimos todo el oro que
tenían, pero como les dejamos la fe de Cristo, ¿para qué querían la riqueza?”
(p. 114).
IV. ¡POBRES
MÍOS!
Pobres míos es el
tercer libro de viñetas de humor de Moncho Borrajo. Fue publicado en español
por Planeta en 1987. Está formado por sesenta y cinco viñetas. Como indica su
título, se trata de un volumen monográfico sobre la pobreza, con la excecpción
de las últimas trece estampas, que constituyen una galería de reyes, aunque no
vaya identificada como tal.
A diferencia
de los dos libros anteriores, hay un número extraordinariamente alto de viñetas
que no son autocaricaturas, nueve, el 14% (recordemos que en el primero solo
había una y en el segundo ninguna).
Aquí se
acentúa la estética art decó, y no
solo por el dibujo de línea, modernista, sino porque los tipos –humanos o no
(vestidos, tocados, bañadores, automóviles)– se corresponden con los propios de
los años 20 y 30 del siglo XX (p. 68, 199, 201, 209, etc.). En este sentido, se
adivina la influencia de Rafael de Penagos. La viñeta que abre el libro (p.
168) y nos muestra una pareja de la alta sociedad –él con monóculo y pajarita,
ella con tocado con plumas y collar charlestón– recuerda algunas portadas del
dibujante madrileño en Blanco y Negro
o La Esfera. Y lo mismo las mujeres
de la época que recrea el humorista gallego, sobre todo la bañista de espaldas
de la p. 206, de quien un autocaricaturizado Borrajo pretende llamar la
atención saltando desde un trampolín.
Redóblanse
también los ecos de Castelao. Hay dos viñetas que nos remiten directamente a
otras tantas del álbum Nós. En la p.
179 se nos presenta a un moribundo desnudo sobre un catre, con el texto: “Los
pobres no mueren, pasan a mejor vida”.
La estampa es muy parecida a la 22 de Castelao, que lleva por leyenda: “El
fracasado de la emigración”. Además, en la p. 212, vemos a Borrajo con una vaca
manteniendo el siguiente diálogo con una mujer emperifollada:
–En Galicia todos
os pobres teñen vaca.
–Pero non cornos,
señora.
La viñeta
recuerda, sin duda, la 7 de Nós en la
que un cacique reprende a un viejo labriego: “Decías que eras probe e tiñas
unha vaca, eh?”.
Como en los
libros anteriores, en Pobres míos
abunda la síntesis expresiva, con algunas viñetas con los fondos especialmente
trabajados, como la de la p. 189, donde recrea una mansión con jardín, o la de
la p. 20, en la que reconstruye el interior de un lujoso teatro. Las dos son nuevos
ejemplos de que tambien las cosas tienen caricatura.
Respecto al
texto, predomina el sarcasmo, en algunos casos dirigido a zaferir a los ricos
(“Un avaro es un rico pobre”, p. 177) o a resaltar su cinismo (“A los pobres
todo el mundo les da, pero como no ahorran...”), y en otros como autodefensa de
los pobres:
–Niño, trae el
botijo.
–¿Qué pasa, padre,
que nos mudamos? (p. 169).
En la
galería de reyes, Borrajo se autocaricaturiza como Isabel la Católica, Felipe
II, Enrique VIII, Luís XIV o Alfonso X el Sabio –un nuevo guiño a su Galicia–,
pero también como Tarzán (“el rey de la selva”), Cuerdillo (“rey del rock”) –una
parodia de José María Sanz, Loquillo–
o Monchín (“el rey de la casa”) –otra viñeta en la que se representa como
niño-adulto–.
V. ANIMALIÑOS
Animaliños es el cuarto libro
de viñetas de humor de Moncho Borrajo. Se publicó en Ir Indo en 1988. Supuso un
giro en la sátira gráfica del dibujante, por dos razones: 1) las estampas
dejaron de estar protagonizadas por el propio Borrajo (autocaricaturas) para
estarlo exclusivamente por animales, como indica el título; y 2) fue su primer
libro de dibujo de humor en gallego.
Si las
autocaricaturas anteriores evocaban, aunque fuera vagamente, al Castelao que
también se autocaricaturizó, ahora los animaliños recuerdan, necesariamente, al
Castelao de los Animais de Cousas da vida.
En los dos
casos se trata,
en el fondo, de volver a aquel tempo cuando los animales todavía hablaban y
decían tantas cosas. Tanto las viñetas del humorista orensano como las del
rianxeiro constituyen un verdadero tratado de filosofía popular, en el que la
burla y la picardía encuentran una expresión feliz.
¿Por que dedicarle un libro a los animaliños? El propio Borrajo lo explica
así:
“… desde que lin, cando era moi pequeno,
as fábulas de Esopo, Samaniego ou Lafontaine, pensei que os animais teñen moito
en común coas persoas, e que moitas veces son máis coherentes nos seus actos cá
nós, que nos chamaos racionais. […] e tamén porque os meus detractores sempre
dicían que nas miñas anteriores publicacións só saía eu, e que iso é narcisismo”
(Borrajo, 1988: 9).
El libro
está formado por noventa y cuatro viñetas, frente a las cincuenta y ocho del
volumen de Castelao. En las de Borrajo aparecen dibujados cuarenta y seis
animales, y en las del autor de Cousas da
vida, diecinueve. Coinciden en catorce, pero la realidad es que si nos
ceñimos a los diez más representados por cada uno, el número disminuye a tres:
perro, gato y ratón. Efectivamente, el perro es el más dibujado por los dos
(aparece en una de cada cinco viñetas de Castelao y en una de cada siete de
Borrajo); el gato, el tercero (lo encontramos en una de cada siete de Castelao
y en una de cada diez de Borrajo); y el ratón es el sexto en Castelao (está en
una de cada catorce viñetas) y el cuarto en Borrajo (aparece en una de cada
doce).
Sorprende el
mínimo o nulo interés de Borrajo por la rana, el burro o el cerdo, animales los
tres muy caricaturizados por Castelao. El propio Borrajo explica así su
desinterés por el burro y el cerdo: dibujarlos sería “demasiado doado,
destes tipos xa hai moitos na nosa sociedade!” (1988: 10).
Por el contrario, en las viñetas de
Castelao no aparece nunca la mosca, que es el segundo animaliño más representado por Borrajo. Y es que –y esta es otra
diferencia significativa entre los dos–, Borrajo presta mucha atención a los
insectos (mosca, mariquita, luciérnaga, libélula, escarabajo, hormiga) y, en
general, a los no mamíferos (insectos, moluscos, peces, aves), mientras que Castelao
refleja sobre todo mamíferos, siendo el caracol (un molusco) el único animal
pequeño que dibuja. Es decir, ignora por completo a los insectos.
Todo esto no
deja de ser anecdótico. Nos interesa más qué dicen las viñetas, de qué y cómo hablan.
En este sentido, podemos citar tres características:
a)
Son raras las
viñetas protagonizadas por un solo individuo. En la mayoría aparecen al menos dos,
normalmente de especies distintas.
b)
Abundan las
estampas en las que una especie hace un comentario sobre otra, casi siempre
peyorativo. Así, en la p. 254, un ratón le dice a un perro: “Mucho ladrar, pero
estás atado”.
c)
A veces, el
comentario tiene como objeto al ser humano, que no sale nada bien parado. La
viñeta de la p. 327 resulta, en este sentido, concluyente. Reúne a animales de
diferentes especies que dicen: “Por unanimidad hemos decidido que animales
ellos, que no pueden vivir juntos”.
Como novedad
con respecto a los libros anteriores, hay una gran cantidad de alusiones a
cuestiones de actualidad. Hasta veinticinco viñetas (la cuarta parte) responden
a este esquema. Se menciona a personajes famosos como Adolfo Domínguez, Emilio Butragueño, Paloma
Gómez Borrero o Ronald Reagan, así como a seres de ficción (Juan Salvador Gaviota,
la abeja Maya). En este sentido, encontramos una viñeta homenaje a Félix
Rodríguez de la Fuente con motivo de su muerte, en la que Borrajo también se
incluye –es la única autocaricatura del libro– junto a un buen número de
individuos de especies diferentes (jirafa, elefante, caballo, zorro, gaviota,
conejo, etc.). El texto dice: “Tus amigos no te olvidan”.
Desde el
punto de vista formal, existe una importante novedad con respecto a los libros
anteriores: en algunos cuadros, Borrajo abandona la síntesis expresiva y adopta
cierto barroquismo con el que consegue sombras, luces y, en definitiva,
volúmenes.
VI. GATOS
Gatos es el quinto, y
por ahora último, de los libros originales de viñetas de humor de Moncho
Borrajo. Fue publicado por Ir Indo en 2008. Es el único que no vio la luz en la
década de los 80, apareciendo veinte años después del anterior.
Está formado
por setenta y dos estampas y continúa el modelo de Animaliños (cualquiera de sus cuadros podría haber formado parte de
él), pero incluyendo solo gatos. En la p. 399 se cuela el propio Moncho
Borrajo, que mantiene la siguiente conversación con un felino:
–Gato: ¿Y tú por
qué no llevas cascabel?
–Moncho: Porque no
hay quien me lo ponga.
Como en la
mayoría de las estampas una especie habla mal de otra. Las especies más
representadas o aludidas son: hombre (diecinueve veces), ratón (quince), perro
(seis), mosca (cuatro), mariposa (dos), pez (dos), pájaro (una), caracol (una),
hormiga (1), cigüeña (una), gaviota (una), cerdo (una), murciélago (una) y
lechuza (una).
El libro
continúa y agudiza la tendencia del anterior de aludir a cuestiones de
actualidad. Hasta veinticuatro viñetas (un tercio) responden a este esquema. Entre
otros asuntos y personas, se alude a los políticos, el Gobierno central, los
ministros, las Cortes, la Xunta de Galicia, Manuel Fraga (presidente de la
Xunta en aquella época), el Bloque Nacionalista Galego (BNG), el tren de alta
velocidad, la emigración gallega, las restricciones a la pesca española por
parte de Canadá y Marruecos, Mario Conde, la Pasarela Cibeles y la campaña
“Póntelo, pónselo” para promover el uso del preservativo.
VII. LAS TIRAS DE PRENSA
Escolma do humorismo gráfico de Moncho Borrajo termina con su trabajo publicado en la prensa,
nunca antes recogido en libro. Son dos viñetas y once tiras, cuyo mayor mérito
es poner de manifiesto que Borrajo también sabe cultivar la viñeta editorial;
es decir, el dibujo de humor más apegado a la actualidad informativa, a la
actualidad política.
Las dos viñetas se refieren a la moción de censura presentada por
Felipe González al presidente del Gobierno español, Adolfo Suárez, en 1980, que
no prosperó. La primera es una parodia de la votación, comparándola con la del
festival de la canción de Eurovisión. La segunda incluye caricaturas de Adolfo
Suárez, Felipe González y Santiago Carrillo. Son las primeras caricaturas
políticas que vemos en el libro.
Las tiras van acompañadas todas por el titular de prensa que las
originó, lo que ayuda a comprenderlas pasado el tiempo.
Los títulos de las tiras son estos:
a)
“Se
vuelve a casar la viuda de Peter Sellers”
b)
“Calvo
Sotelo a la presidencia”
c)
“¡Por
fin llueve!”
d)
(-)
e)
“Reagan
president, of course”
f)
“Carter y Reagan en TVE”
g)
“El
país es como un helicóptero con todas las luces rojas encendidas (Felipe
González)”
h)
“44
hijos en 36 años de matrimonio”
i)
“Matanzas
de elefantes en Uganda”
j)
“Suspendido
el congreso de UCD”
k)
“Suárez dimitió”
Como se ve, predomina la actualidad
política nacional y algunas de las tiras versan sobre temas de Sociedad,
incluso de simple cotilleo (“Se vuelve a casar la viuda de Peter Sellers”).
En contra de lo que podría tal vez
esperarse, en estas tiras no aparece ninguna caricatura política y Borrajo
vuelve a autocaricaturizarse, pero adoptando distintos personajes: las once son
tiras de cuatro cuadritos, y en cada uno de ellos vemos a un Borrajo diferente
haciendo algún comentario.
VIII.
CONCLUSIONES
Paralelamente
al humor escénico, Moncho Borrajo ha
cultivado siempre el humor gráfico, especialmente durante la década de los 80
del siglo pasado.
Son dibujos de línea dentro de un cuadro, con texto al pie, en los que el
humorista se revela como un maestro de la síntesis expresiva, con algunas
excepciones en los que el dibujo se barroquiza.
Su estilo está muy influido por el modernismo de los años
20 y 30 del siglo XX, y particularmente por Castelao y otros grandes
caricaturistas gallegos de la época, como Maside.
Sus viñetas están protagonizadas casi en su totalidad por
él mismo o por animales. Él, a través de la autocaricatura, es el protagonista
de sus tres primeros libros, mientras que los dos últimos están dedicados en
exclusiva a los animales, sobre todo a los gatos.